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El ping-pong en la infancia y adolescencia: un camino hacia la salud física y mental
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El ping-pong en la infancia y adolescencia: un camino hacia la salud física y mental

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El tenis de mesa no es solo un deporte rápido y divertido: es también una herramienta educativa y terapéutica con beneficios demostrados en niños y adolescentes. Un estudio de González-Devesa (2024), publicado recientemente, revisa la evidencia científica disponible sobre cómo el ping-pong impacta en el desarrollo físico, cognitivo y social de los más jóvenes. Mucho más que reflejos rápidos Cuando pensamos en el ping-pong, solemos imaginar velocidad, reflejos y coordinación. Pero la ciencia demuestra que su alcance va mucho más allá. Entre los beneficios destacados en niños y adolescentes encontramos: Funciones ejecutivas : mejora la atención, la memoria de trabajo y la toma de decisiones. Motricidad fina y gruesa : favorece la coordinación mano-ojo, la percepción visomotora y la planificación del movimiento. Percepción visual y grafomotricidad : entrenar la precisión ayuda en actividades escolares como la escritura. Conducta y regulación : se observan mejoras en inhibición conductual y control de la impulsividad. Interacción social : el ping-pong es un deporte inclusivo que fomenta la cooperación, la comunicación y el juego justo. Impacto en la neurodiversidad El estudio revisa intervenciones con niños y adolescentes con distintas condiciones: Trastorno del espectro autista (TEA) TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) DCD (Trastorno del Desarrollo de la Coordinación) Discapacidad intelectual leve En todos los casos, la práctica regular de tenis de mesa se asocia con mejoras tanto en el plano motor como en el cognitivo y social. Esto lo convierte en una actividad idónea para programas escolares y terapéuticos inclusivos. Qué dice la evidencia Los programas analizados en la revisión tuvieron duraciones que iban de 6 semanas a 1 año , con sesiones de 40 a 90 minutos , tres veces por semana . Los resultados fueron consistentes: niños y adolescentes que practicaban tenis de mesa mostraban avances significativos en pruebas de atención, coordinación y rendimiento académico frente a grupos control. Un deporte con futuro educativo El tenis de mesa es accesible, seguro y adaptable a todas las edades y niveles. Por eso, no debería verse solo como un pasatiempo, sino como una herramienta pedagógica y de salud. Integrar el ping-pong en programas escolares o comunitarios puede marcar la diferencia en el desarrollo integral de la infancia y la adolescencia. Conclusión El ping-pong no solo entrena reflejos: educa la mente, fortalece el cuerpo y mejora la convivencia. Para niños y adolescentes — con o sin neurodivergencias — representa una actividad completa que acompaña el crecimiento en todas sus dimensiones. Quizá sea hora de que las escuelas, asociaciones y familias lo miren como algo más que un juego de recreo. 📖 Si quieres leer el artículo original completo, puedes consultarlo aquí: Benefits of Table Tennis for Children and Adolescents (González-Devesa, 2024) www.cejoventut.com